El martes, en el partido que Belgrano jugaba contra Inter de Porto Alegre por la Copa Sudamericana, el goleador “pirata” Lucas Passerini dejó la cancha entre lágrimas, anticipando lo que se confirmaría horas después: sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior en una de sus rodillas; lo que lo marginará de las canchas entre seis y ocho meses. La de Passerini fue la vigésima lesión de este tipo en un equipo de la Copa de la Liga desde que arrancó la temporada a fines de enero.
El número es altísimo si se lo compara no sólo con otras ligas, sino además con años anteriores del fútbol local. Tanto en 2022 como en 2023, durante todo el año competitivo habían sido 17 los futbolistas que sufrieron esta lesión; marca que ya fue superada en apenas tres meses de competencia de 2024. Además, esas 20 lesiones superan las 17 que llevan juntas en este año, las cinco mejores ligas de Europa (Alemania, Italia, Francia, España e Inglaterra).
Pese a que este tipo de lesión es, de alguna manera, fortuita (se suele dar o por un golpe en la rodilla o por algún movimiento, sin necesidad de roce con el rival), los especialistas explicaron que hay distintos factores que pueden influir para derivar en ella.
Jorge Batista, médico de Boca y especialista en temas de rodilla, dio su mirada en un posteo de Instagram. “Calendario muy apretado, terrenos de juego en algunos casos en mal estado, modas en el uso de tapones semicirculares en lugar de tapones redondos, estrés psíquico, fatiga física; el fútbol argentino es sumamente difícil”, indicó, recalcando que el trabajo de los preparadores físicos es excelente. “Por la dinámica del fútbol argentino, el jugador no tiene un segundo sin que reciba la presión de dos y hasta tres rivales. Eso genera estrés físico y mental. Si bien la mayoría son lesiones indirectas, también debo remarcar que en el fútbol europeo se protege más al jugador. Una o dos faltas, amarilla y luego roja” agregó.
“No veo una salida rápida. Se seguirán rompiendo cada vez más jugadores, esto es inevitable. No hay programas de prevención que se puedan instaurar porque las variables a corregir son muchísimas y tocan intereses económicos en muchos casos”, sentenció uno de los especialistas en la materia que tiene Argentina.
En los 67 días desde que arrancó el torneo, se disputaron 168 partidos por las 12 fechas de la Copa de la Liga. Si bien el calendario apretado puede aparecer como uno de los causales, no es determinante.
Samuel Semrik, médico traumatólogo tucumano, coincidió con Batista en que son muchos los factores que pueden tener incidencia en este tipo de lesiones. “Tiene razón en que tiene que ver con el calendario apretado en parte, pero también hay calendarios apretados en Brasil y Europa”, sostuvo Semrik, indicando que hay otros factores, y subrayando que cuando hay muchos partidos seguidos son más comunes las lesiones musculares, y no tanto las roturas de ligamentos.
Aludiendo al estado de los campos de juego, Semrik señaló que efectivamente hay muchos que no están en condiciones, y que pueden generar lesiones. Sin embargo, también remarcó que ahora se quiere jugar más rápido y para eso se mojan los campos, algo que también podría tener una influencia, al igual que los tipos de botines y de tapones.
Otro aspecto que tiene su injerencia y que no fue mencionado por Batista pero sí por Semrik, es el cuidado físico personal de cada jugador, que incluye el descanso y la buena alimentación. “Es tan importante como el entrenamiento. Cuando no dormís bien o no comés bien, eso influye en tu rendimiento y puede ser causal de alguna lesión”, explicó. Y en esa misma línea incluyó el estrés que produce el fútbol argentino. “Por ahí otras ligas no lo generan y eso hace que llevés a tu cuerpo a un límite. Muchas veces hay un mal descanso por el estrés y a muchos jugadores les cuesta mucho dormir antes de un partido. A medida que se va haciendo más exigente el fútbol, eso va creciendo”, apuntaló.
Pese a todo, Semrik aclaró que es muy difícil definir la causa de este tipo de lesiones, ya que no hay una causa única. “Hay volúmenes de entrenamiento, volúmenes de partido, tipos de campos de juego, tipos de entrenamiento… Además está la parte fortuita porque la mayoría de las veces los jugadores se lesionan solos, frenando, girando, o cayendo tras un salto”, consignó, contando también que es una lesión habitual en todos los niveles del fútbol y no sólo en el profesional.
¿Se pueden prevenir? “Siempre se hacen trabajos. Hay un protocolo de FIFA de preparación física para evitar, o tratar de minimizar las lesiones de ligamento cruzado anterior. Las entradas en calor ya no son como eran antes; se hacen mucho con bandas elásticas, con ciertos ejercicios de equilibrio y todo tiene que ver con la idea de preparar el cuerpo para evitar esas lesiones”, detalló Semrik. Sin embargo, aclaró que se dan por determinadas situaciones de juego y que no se pueden evitar.
Más allá de todo esto, con trabajos físicos adecuados, el correcto cuidado en las rutinas diarias de los jugadores, y manteniendo los campos de juego en los estados en los que deberían estar, se reduce significativamente el riesgo de una de las lesiones más temidas dentro del mundillo futbolero.